Suspicacia. El Trono
en juego.
Siento que estoy
viviendo unos momentos históricos.
Hace unos días, mi
amigo Alberto firmó una alianza electoral con Podemos. Tanto los líderes y lideresas de ambas formaciones
políticas repiten, hasta el agotamiento, que no es una fusión como algunos
malintencionados dicen y, tienen razón, no es una fusión es el acta de
defunción de Izquierda Unida. Nadie
ha hecho concesiones, repiten, es un acuerdo de mínimos. También tienen razón. Podemos no renuncia a nada. Observemos el
nombre de la alianza: “Unidos Podemos”,
un buen mensaje para que la ciudadanía perciba la aportación de Izquierda Unida a la alianza. ¡Ah! y el
mensaje está discriminando en el lenguaje a la mujer; debería ser Unidos y Unidas Podemos. Hay que tener
cuidado con el lenguaje machista. Es, a pesar de todo, D. Alberto un hombre
feliz, un liquidador eficiente, un hombre de la Nueva Política, un honrado trabajador defendiendo su puesto de
trabajo y el de sus más allegados.
Por lo menos ha
quedado claro el progreso que representa Podemos.
Podemos es, en el siglo XXI, el
comunismo del siglo XIX. Eso es progresar adecuadamente. Pronto Podemos, o mejor dicho Unidos Podemos, se deslizará
progresivamente al siglo XVIII y terminará en quién sabe qué siglo. Progreso,
puro progreso. Los círculos se van concentrando alrededor del Sr. de los
Círculos. Ánimo, Sr. Iglesias, el asunto de la Historia promete.
Tengo curiosidad por
otro histórico que juega con ventaja en estas elecciones, porque se presenta como
candidato a Presidente con el PSOE, y
a Vicepresidente con Unidos Podemos,
dato sin precedentes en la Historia de la democracia en cualquier nación. El
encantador Sr. Sánchez que es muy probable que vuelva a hacer historia el
próximo 26 de junio y consiga la presidencia del… ¡qué más da!, lo importante
es que sea feliz, después de todo Podemos
le puede nombrar vicepresidente de algo, de alguna fundación, de alguna ONG;
eso sí, siempre y cuando D. Alberto Garzón no sea el Presidente.
El Sr. Rivera, que no
está en ninguna ribera, está más bien en el centro del río, dispuesto a llevar
su barca a la orilla que más le interese a España, como no podía ser de otra
forma. Por lo menos, aparentemente, no está preocupado por la ansiada
presidencia. Será inocencia o todo lo contrario. No lo voy a negar, me cae
bien, pero le falta corriente.
El Sr. Rajoy quiere
ser Presidente y es comprensible, si no es Presidente ¿qué va a ser Registrador
de la Propiedad, Vicepresidente de FAES? No lo veo, a D. Mariano le gusta salir
a la calle, codearse con la gente sencilla, jugar con los parroquianos del bar de
su pueblo, a veces, al dominó, otras a juegos de cartas como “el mentiroso”, “el
solitario”, “el truc” o es “trust”. No soy muy entendido, perdonadme y, sobre
todo, le gusta ver un buen partido de fútbol en la pantalla de plasma y, si
gana el Barsa, mejor. Esto aplaca a los independentistas. También podría hacer
un papel en “Juego de Tronos”, eso sí, sin compartir camerino con la Sra. Carmena.
Y ahora en serio, podría ser asesor, ¿de qué? Eso ya se verá.
Todos tienen algo en
común, creen en la igualdad de la mujer, son partidarios de que la mujer llegue
a puestos de relevancia y esté presente en los órganos de decisión pero,
ninguno de ellos le ha cedido el puesto a una mujer para que sea la candidata.
Se predica una cosa y se hace otra, cosas de la política.
José Ayllón.