El tribunal de Schleswig-Holstein ha dictaminado que el Sr.
Puigdemont no cometió delito de rebelión. Es decir, que lo entregan juzgado por
rebelión y que el Tribunal Supremo lo juzgue por malversación. Que juicios por
asuntos económicos ya tienen ellos los suyos...
El fallo, nunca mejor dicho, nos abre varios interrogantes:
Primero, ¿saben en Schleswig-Holstein
que en España nadie va a la cárcel por comer palomitas?
Segundo, ¿creen que la Justicia española no ofrece garantías
a los acusados?
Tercero, ¿cree el tribunal regional de Schleswig-Holstein que
una de sus atribuciones es corregir los posibles errores del Tribunal Supremo
de España?
Y, por último, ¿sabe el tribunal de Schleswig-Holstein qué es
la confianza mutua?
Si una parte del Parlamento del Estado Federal de Schleswig-Holstein
proclamara la separación de dicho Estado de la Federación, ¿qué delito cometería?
A)
¿Malversación?
B)
¿Traición?
C)
¿Atentado
contra la seguridad vial?
D)
¿Ninguno?
Respuesta correcta: NINGUNO.
Porque se proclamó la independencia sin violencia. Y una
independencia sin violencia no es independencia.
El Sr. Puigdemont, el tribunal de Schleswig-Holstein y el Sr.
Trump tienen algo en común: un exacerbado
complejo de superioridad.
En Nueva York esperan que, alguna vez, la Justicia de sus Estados
colaboren entre sí, como la Justicia alemana ha colaborado con la española.
AYLLÓN.