jueves, 4 de agosto de 2016

Suspicacia. La soberbia y la cobardía.





El Sr. Echenique se siente feliz por haber entrado a formar parte de la casta parasitaria. La culpa de no haber dado de alta a su asistente en la Seguridad Social, es del Sistema. Debemos reconocer que, por lo menos, no le ha echado la culpa al asistente.  Menos mal que existe el Sistema, porque igual sirve para un roto que para un descosido. Espero que un día salga el Sr. Sistema y se defienda. Yo desde aquí le mando un saludo. Empieza a caerme simpático.

El Sr. Rajoy, como siempre, no se ha enterado de que en los baños del Parlamento de Cataluña, han colgado la Constitución Española como sustituto del papel higiénico. Por lo visto, el Sr. Junqueras ha iniciado los recortes para reducir el déficit de la región. Es evidente que para los políticos las leyes son más amables por muy graves que sean los delitos que cometan. Bueno, a lo mejor romper España no es un delito, o lo es pero no existen culpables. Si la legislación no tiene prevista la posibilidad de un intento de secesión, ha tenido tiempo el Gobierno para enmendarlo porque lo de la desconexión está siendo televisado.

Una cosa está quedando muy clara conforme transcurren los días, tendremos terceras elecciones y la situación será: o votamos a un señor, presidente de un partido en el que la corrupción era o es algo más que una anécdota, o elegimos su oposición, entre una banda de soberbios, engreídos, inútiles, inmaduros e incapaces (para la política) que no ven más allá de sus propias narices.

¿Dónde fue el PSOE a buscar a su Secretario General? Empiezo a sentir añoranza del insuperable Sr. Zapatero y sus ministros y ministras que siempre estuvieron a la altura de las circunstancias (de las suyas), y su poderoso viento.

Ninguno de ellos merece pisar la moqueta del Congreso, ni para limpiarla.

Si hay terceras elecciones, todos deberíamos votar en blanco. Que, con suerte, puede que capten la indirecta.

Y el que no esté contento, que se dé un baño de civilizaciones y se lo pasará bomba.

¿Qué a quién voté? De eso hablaremos otro día.



José Ayllón Rivas