domingo, 25 de septiembre de 2016

Suspicacia. Acontecimiento planetario.







Hoy, gracias a la ya célebre torpeza de nuestros políticos, nos encontramos de nuevo en la “jornada de descanso” previa a unas elecciones; en este caso, elecciones en dos de las mal llamadas comunidades históricas, para satisfacer los deseos de los separatistas, Galicia y País Vasco.

Esta jornada de descanso que nuestra lamentable ley Electoral y nuestros, también lamentables, políticos llaman irreflexivamente jornada de reflexión, la agradecemos todos los españoles sin distinción de edad, sexo, religión, o si es de la EGB o de la ESO. La agradecemos porque empezamos a estar hasta los… bueno, usted ya me entiende, de todos ellos.

No comprendo, tal vez por mi estupidez, qué le hace a pensar a la “comuna política” que los españoles necesitamos un día especial para decidir a quién darle nuestro voto.  ¿Tan tontos son ellos?

Por ejemplo, el Sr. Sánchez, el liquidador del PSOE, el ilustre derrotado, el perdedor, el… bueno, vamos a dejarlo ahí. No reflexiona y se pregunta por qué en su partido los que le apoyan son también, como él, los derrotados, los pequeños liquidadores: el Sr. Iceta, el Sr. Puig, la Sra. Francina Armengol, la Sra. Idoia Mendía, y otros y otras que en sus respectivas comunidades han dejado al partido en quiebra técnica. Claro que, el Sr. Sánchez en Madrid ha hecho lo mismo, por lo que creo que ese apoyo viene motivado por el mismo sentimiento de “solidaridad” que une al rebaño de ovejas.

Mi querido amigo está preocupado por lo que pueda pensar su militancia (200.000) y en eso no le falta razón, pero más debería preocuparle lo que piensan sus votantes (5.424.000). Pero tranquilo, con unas terceras elecciones cabe la posibilidad de que comprenda qué debe preocuparle más. ¡Consulte, que falta le hace!

Ahora, tras el intento de investidura del Sr. Rajoy o mejor dicho para hacer uso de la única aportación del Sr. Sánchez a la política nacional, tras la “no” investidura del Sr. Rajoy, nuestro histórico líder socialista considera que ha llegado el momento de volver a intentarlo, de volver a hacer más Historia (yo estoy convencido de que la hará). Como es normal, va a intentar formar un gobierno de progreso y yo tiemblo porque si cuando consiguió  el 16-J 85 diputados lo consideró una victoria a pesar de que había conseguido cinco menos que el 20-D, puede ser que si consigue reducir el PIB un 5% lo considere una victoria y hasta que es un crecimiento histórico.

Un gobierno, que más que de progreso, yo lo llamaría el gobierno de los cien partidos. Partidos para todos los gustos, incluso para los de sin gusto.

Vamos que más que buscar apoyo para formar gobierno, el Sr. Sánchez lo que hace es pedir ayuda para destrozar al PSOE. Como diría la “miembra” del PSOE y ministra de Zapatero: el próximo acontecimiento histórico que se producirá en nuestro planeta será la coincidencia en breve del Sr. Sánchez, Presidente, y Pablo Iglesias, Ministro de Defensa.

¿Qué a quién votaré? De eso hablaremos otro día.


José Ayllón Rivas.

martes, 20 de septiembre de 2016

Hoy en mi azucarillo. El rey PEDRO.






-El rey Pedro, de ronda. Dice  Juanma, mientras acaricia a Ton.

-Ronda, ronda, el que no se haya escondido que se esconda. Y se escondieron todos. Gloria está inspirada.

-Sánchez nos tiene engañados a todos, no quiere ser presidente, quiere ser rey. Porque él lo vale, Juanma. Digo yo, para dar juego.

-Juanma, me alegra verte tan sonriente y feliz. El trabajo te sienta bien. Gloria sonríe contenta porque  Juanma ha encontrado trabajo.

El día está nublado pero, bajo nuestra sombrilla, estamos contentos. Los políticos creen que los españoles queremos ayudas y limosnas. Si vieran la felicidad de Juanma se darían cuenta de que la mayoría de los españoles lo que quiere es trabajo y tener que votar menos, nada más. Hasta Ton mueve la cola más de lo habitual.

-Nuestros políticos están preocupados por las encuestas, por dividir a los españoles y por ellos. Preocupados por alargar el carril bici, por los montes cuando se queman; por la sanidad pública universal y no saben cómo mantenerla para los españoles; por ver cuántos refugiados se traen y no ven a los refugiados que ya están aquí; por la enseñanza pública para nuestros hijos, a los suyos no les hace falta; por la igualdad, la pobreza en el Tercer Mundo, la paz mundial. Y una larga  lista de problemas que han creado ellos y a los que difícilmente les puedo prestar atención cuando tengo que solucionar cómo llegar a fin de mes. Y quieren que cuando me como un maldito pollo me acuerde del hambre del mundo, de los refugiados y de todas las guerras que a ellos les apetece y con las que sus televisiones nos bombardean.

-Políticamente incorrecto, Juanma, eres políticamente incorrecto, amigo mío.

-Los políticos se inventaron la coletilla de lo “políticamente correcto”, eso sí que es una ley mordaza. Los únicos que ganan con una España mediocre son ellos. Sea políticamente correcto o no. Mira sino el adalid de la igualdad D. Pablo Iglesias, el de “La Casa del Libro”, el obrero de los cien mil euros, el…

-Bueno Juanma. Yo no quería…

-Que un tipejo diga que azotaría a una mujer hasta que sangrase, demuestra además de cobardía, que para él la igualdad es de boca para fuera y para decir compañeros y compañeras en los mítines…

-Anda, Juanma, que hoy nos has echado un mitin. Lee el azucarillo.
Juanma vuelve a sonreír y mirando detenidamente el azucarillo dice:

“Se necesita poco para hacer las cosas bien, pero menos aún para hacerlas mal.”

-Cierto. Por lo tanto, nos vamos a unas cuartas elecciones, ¿o no?

-Yo creo que sí. Porque es más fácil hacer las cosas mal.


José Ayllón Rivas.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Hoy en mi azucarillo. Cuerpo de élite.


Y la pregunta de Juanma es…

-¿Qué os parece el panorama?

-No está mal. Considerando los personajes, la obra se desarrolla siguiendo el guión previsto, Juanma. Contesta Gloria.

-Fíjate Juanma, un actor principal en su principal papel. Un actor que no se ha leído su papel. Un actor que intenta que la obra se estrene. Otro que no está Maduro. Y para colmo, Pablo Iglesias, que es el mejor actor, se dedica a Marear.

-Yo creo que las elecciones han arrojado el resultado habitual: todos han ganado. El problema es que no comprenden cuánto han ganado y hasta dónde estamos los españoles de todos ellos. -Urnas para Diciembre-, dice Juanma muy serio.

-No sé, Juanma, al paso que llevan y a pesar de mis doce años, yo podré votar al próximo presidente. En cualquier caso, yo apostaría para el 17. Con dos campañas más que Sánchez le haga al PP, destruye al PSOE, sanea al PP, y consigue la mayoría absoluta para Rajoy.

-¡Cómo eres Gloria!

-¡Eh!, cambiando de tema, dejemos la política. ¿El cine es cultura?

- Un 3% sí, un 97% no. Juanma es muy crítico.

-Vamos, que no es cultura, como la gente del cine dice a boca llena. Gloria pensativa…

-Pues no. El cine español no. De los productos del cine español emana tanta cultura como del Congreso o de un pollo de corral,  por cierto, la gente del cine y los congresistas tienen dos cosas en común: son funcionarios y  están muy bien pagados para lo que hacen. ¡Ah!, y con una alta densidad de simples en sus filas.

-Son lo que podíamos denominar: un “Cuerpo de élite”.

-¡Ah! la película esa que dice que las mujeres de un pueblo vasco o de un pueblo catalán de la frontera, con Francia claro, solo pueden ser putas o guardias civiles.

-Yo creo que estás equivocado, Juanma. Si fuese de un pueblo vasco o catalán, seguro que el productor censura la “gracia”.

-Lo diga del pueblo que lo diga, en mi opinión, aflora un trauma del guionista.

-Bueno, hoy os encuentro un poco críticos. ¿Qué dice el azucarillo?
Juanma, lee muy despacio y en voz baja:
“Las mujeres de Coria del Río le dicen al director que se meta el rollo entero por el…”.

Suena el  móvil de Juanma.
 -Buenos días, dígame. Pasados unos minutos, Juanma dice: gracias por su llamada, Sr. Mazón.

-¿Pasa algo Juanma?

-Nada, era Mazón que dice que le digamos a las mujeres de Coria del Río que ahora no puede, que está “Con el culo al aire”, que cuando termine lo intentará.

La temperatura supera los 36 grados. Fiebre. Y las urgencias llenas de pacientes impacientes.


José Ayllón Rivas.