La “demogracia” y mi amigo el Sr. Montoro.
Nuestra clase política, también llamada casta política por algunos de sus
miembros (y probablemente estén en lo cierto), nos asegura una pensión en
nuestra vejez (o no), una sanidad y una educación gratuita (y de mala calidad).
Ha llenado España de aeropuertos y AVES; de rotondas y autopistas, de parques temáticos
y algún que otro edificio singular sin utilidad. Además de todo esto, la clase
política nos quita una de las más graves preocupaciones que un ciudadano puede
tener…
Cuando un padre observa que su hijo es un bobo satisfecho, es normal
que piense, con preocupación, cuál será el futuro de su vástago. En España son
muchos los padres que han encontrado una solución para esos hijos: el Cursus Honorum
o ¿Cómo ingresar en la clase política?
¿Cómo se hace este “curso”? Muy fácil. No se necesita titulación
académica. Afilia al muchacho a un
partido político (a día de hoy da lo
mismo el que elija). Le enseña a hacer
fotocopias y a introducir papeletas en un sobre (para las pancartas ya habrá
algún ideólogo avispado que le ayude).
A continuación, le explica con palabras sencillas el lugar que debe
ocupar en una manifestación para que se note su presencia. Y le habla de lo
importante que es asistir a todos los desahucios que le sea posible y conseguir
que parezca que el desahuciado es él.
Le compra un móvil porque es importante que el muchacho aprenda a
moverse por las redes sociales y a retuitear.
Le enseña a hablar durante una hora sin decir nada. Es un requisito
imprescindible en su futuro trabajo. Hace
hincapié en la importancia de mentir con franqueza.
Le razona lo práctico que es no tener principios que traicionar, pero
que si hay que traicionar se traiciona.
Y lo más importante, para su cumpleaños, le regala una calculadora para
que aprenda a calcular porcentajes; eso sí, insistiendo que el 3% de 100
millones es más que el 10% de 10.
Si el muchacho es aplicado, puede llegar perfectamente a ser concejal,
alcalde, diputado, eurodiputado, senador, ministro. Incluso puede especializarse en el independentismo,
que en la actualidad produce sustanciales dividendos. Además, puede cambiar de
empresa (partido) con facilidad y sin dar explicaciones.
Si el muchacho estudia una carrera universitaria y tiene su expediente
a rebosar de matrículas de honor, no hay problema; también puede hacer el
Cursus Honorum.
Esto sí que es un motivo para felicitar a nuestra clase política.
Ya sé que todos los políticos no son iguales, pero con el término clase
política, me refiero a aquellos que viven de la política. Incluso dentro de la
clase política, para ser justos, hay políticos con una gran formación académica
y con un elevado espíritu de servicio a su pueblo. Es decir, políticos “como Dios
manda”. Permitidme que ponga un ejemplo, para evitar malos entendidos, nuestro
Ministro de Hacienda el Sr. D. Cristóbal Ricardo Montoro Romero.
Así, me quedo más tranquilo.
José Ayllón Rivas.
De todo hay en la viña del Señor, desde luego, y hartos estamos de que sea mucho lo que haya que podar y tirar al fuego. Pero a pesar de todo me obligo a ser optimista, serán cosas de las hormonas femeninas o de la alineación de los planetas, no lo sé jajajaa.
ResponderEliminarTienes demasiada razón como para que me guste leerlo, José, pero como tú no eres un político, hablas con la sinceridad de lo que sientes y piensas. Y eso siempre es de agradecer :)
Un fuerte abrazo!!
Sé que hay políticos dignos de nuestro respeto y cariño, pero no son profesionales de la política, es decir, no son políticos. Yo también soy optimista. Los españoles, todos, hemos sido capaces de conseguir que España progrese, a pesar, de los Gobiernos mediocres que hemos soportado.
EliminarUn abrazo. Y un montón de buenos deseos.
Lo dices bien, mi estimado amigo José. De acá de Venezuela algunos Montoros, tan emparentados con la derecha española, hicieron ese Curso Honorum y con los Medios haciéndole Marketing, han llegado a Gobernador de Estado, Candidatos Presidenciales, Alcaldes, Concejales y hasta Héroes de la patria, a pesar de no ser presos por políticos, sino políticos presos (por criminales o ladrones).
ResponderEliminarGusto en leerte. Un Abrazo Poeta
A veces me pregunto que tendrá la política que atrae, como un imán, a las almas miserables. No sé si es una cuestión física o psíquica pero siempre me ha extrañado que tanto miserable inútil sienta vocación de servicio a sus ciudadanos.
EliminarSe feliz amigo Mario. Un abrazo.
José pienso que la política atrae por el poder que le brinda a los políticos, ellos juegan a ser Dios sin preocuparse por las consecuencias de sus actos.
ResponderEliminarAcá en Argentina el domingo se definen las elecciones, le pido a Dios que nos ilumine a la hora de votar.
Besitos, que Dios te bendiga
¡Ay! los políticos. Yo seguiré mañana el desarrollo de las elecciones espero y deseo que las urnas den la victoria a un presidente que sea honrado y luche por su pueblo.
EliminarUn beso y saludos para toda Argentina.
Lo has bordado Jose...
ResponderEliminarlo has bordado.
Comparto con gran gusto
Un fuerte abrazo
Gracias por tu visita. Me gustaría escribir lo contrario pero me estaría engañando. Un abrazo.
EliminarBuenísimo: Creo que de los que citas, los dos requisitos fundamentales para entrar en la clase política son hablar durante una hora sin decir nada y mentir con franqueza. ¡Ah, si! Y cuanto menos principios, mejor. Es cierto que hay políticos honrados, pero son tan escasos que hay que buscarlos con lupa. Y es una pena que ellos sean la excepción y no al contrario.
ResponderEliminarUna gran entrada, José. Un beso
La "política" no tiene la culpa. Políticos honrados hay muchos, pero están en pueblos pequeños y no son profesionales de la política.
EliminarUn beso y muchas gracias por tu visita.
Gracias por tu visita amigo Oskar. Mañana leeré encantado tu poema.
ResponderEliminarUn abrazo.
José.
Mis felicitaciones, gran verdad amigo Josè ayllòn, saludos.
ResponderEliminarBuenas tardes Araceli, gracias por tu visita. Saludos.
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