Descubrimos que los españoles deben
obediencia a la Constitución según la Comunidad en la que residan. Esta es una
característica que la hace única en el mundo.
Descubrimos que hay españoles con
derechos históricos. Por ejemplo, Sevilla pide que se le devuelva su derecho de
monopolio sobre el comercio con América. Puestos a reclamar es mejor hacerlo a
lo grande.
Descubrimos que la esencia de la
democracia es votar. Pero es evidente que otros regímenes, absolutamente
antidemocráticos, también convocan a sus ciudadanos a las urnas y votan. Podría
poner ejemplos, pero eso se lo dejo a Pablo Iglesias.
Descubrimos que la presencia de un
condenado por terrorismo en determinados círculos demócratas es garantía de
legalidad, de pureza democrática, viene a ser, algo así, como invitar a un
notario a que levante acta. El binomio democracia-terrorismo es otra brillante
aportación de la memoria histórica selectiva. Me imagino que este fenómeno se
debe a que el terrorismo nos aterroriza a todos por igual. ¡Muy democrático!
Descubrimos que en España tenemos
presos políticos y Venezuela tiene a los
políticos presos.
Descubrimos que, después del 1-O, seguirán
viviendo bien los mismos que ya lo hacían. Por ejemplo, los Pujol.
Descubrimos con asombro cómo las
imágenes del 1-O se pueden mezclar con las del desalojo del movimiento 15M, de
la plaza de Cataluña de Barcelona, sin que seamos capaces de diferenciar las unas de las otras. El Sr. Más,
presidente de la Generalitat, las podría tuitear para que la Policía Nacional
pueda ver cómo actúa una policía democrática.
Descubrimos que algunos de nuestros
políticos dicen que debemos hacer todo lo necesario para encajar a Cataluña en
España, es decir, que contentemos a los independentistas para que se queden. La
inocencia y la estupidez están muy extendidas por el Hemiciclo.
Casi media Cataluña aprovecha sus
muchos actos cívicos y festivos para “dar por saco” a la otra casi media. Eso sí,
con vaselina democrática.
La única solución, queridos políticos,
es que todos los españoles seamos independentistas.
Ayllón.
Una reflexión con la que no puedo estar más de acuerdo, José. Estos días se ven y se oyen auténticos esperpentos que más parecen de una película de humor que de un país serio con un problema aún más serio.
ResponderEliminarClaro que siempre hay a quien le viene bien la cosa y aprovecha para ver si puede arañar algún voto, aunque sea con las críticas de los de su propio partido. No daré nombre, cualquiera puede reconocer a la figura del político ambicioso, inexperto y sin ningún sentido de estado al que me refiero. No será independentista (o puede que sí) pero queda claro que no le importa nada más que él mismo y poder accedar a la poltrona algún día. Para llorar :((
¡Un beso grande!
Pobre política cualquier imbécil la manosea.
EliminarEste es el momento para que nuestros políticos demuestren su valía. Me temo que necesitan mejorar.
Yo afortunadamente soy andaluz y español. Tan andaluz como español. Tan español como andaluz.
Un beso amiga mía.
Bien escrito...
ResponderEliminarY yo ESPAÑOLLLLLLLLLLL TAMBIEN AMIGO JOSEEEE
Necesitaba que lo supierass.
Abrazosssssssssssssssssssssssss
Un gran abrazo para ti.
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