Hoy escucho a demasiados medios de comunicación criticar a
ilustres personalidades de la política catalana, pero principalmente al sr.
Puigdemont, al sr. Oriol, y a la sra. Forcadell.
Decir que habitualmente mienten y con entusiasmo, al margen
de la lengua en la que se expresen, sería una afirmación con la que bastantes
españoles estarían de acuerdo.
Yo, no.
Si tienen dificultades para comprender nuestro sencillo texto
constitucional. Si la palabra democracia adquiere en sus mentes nuevos
significados. Si se consideran apoyados por la comunidad internacional porque
el pacifista y demócrata Otegui les ha susurrado sonriente “Euskadi os reconocerá”.
Si están convencidos de que la ley se puede ir ajustando a sus caprichos como
si plastilina se tratara, la culpa no es de ellos.
La culpa es del lamentable sistema educativo español, muy
centrado en el aprendizaje de los idiomas y dejando totalmente de lado la
comprensión lectora y las habilidades numéricas.
Mañana cuando escuchéis a nuestros políticos analizando la
jornada festiva me daréis la razón. Yo sigo confiando en la democracia española.
May es ya una bética de corazón. Hoy me ha llamado a las ocho
de la mañana para preguntarme si había visto el partido. Le he dicho que sí. Y
ella toda orgullosa me ha contestado: Yo también.
Ayllón.
Sí, mañana habrá que ver las interpretaciones de todos... va a ser divertido. Como siempre parecerá que cada uno vive en un país diferente e incluso que no coinciden en el tiempo :P
ResponderEliminarMe alegro de que sigas confiando en la democracia. Yo, también :)
¡Un abrazo, josé!
Yo soy demócrata sustantivo, sin adjetivos ni oraciones subordinadas. Y me asombra comprobar cuánta gente confunde la democracia con sus intereses. Pero no puedo evitar ser demócrata, como no puedo evitar ser bético.
EliminarMañana nos reiremos un rato. Para algo deben servir nuestros políticos.
Un abrazo, amiga mía.