Hoy en mi azucarillo. Enamorados.

Llegué a la cafetería primero y, a pesar del frío, me senté en la terraza. Mientras leía, en el periódico, la noticia del fichaje de Pepe Mel por el Betis (que… ya iba siendo hora), llegó Juanma a la terraza.

-Buenos días, ¿nos quedamos en la terraza?

-Yo prefiero aquí. Le dije.

-Tú mandas. Voy a pedir lo de siempre, ¿no?

En ese momento se acercaba el camarero.

-Lo de siempre, y muy caliente. Le dijo Juanma.

-¿Qué tal las fiestas, José?

-Bueno, ya sabes cómo son las fiestas.

-Demasiados días, demasiados gastos, demasiados “demasiados”.

-Como siempre, Juanma.

-Parece que las fiestas las ha inventado “El Corte Inglés”. La Navidad, Fin de Año, los Reyes, el Día de los Enamorados, el Día de la Madre, el Día del Padre, el Día de los Abuelos ¡Coño le van a faltar días al año!

-Los comercios siempre están dispuestos a celebrar algo. Hay uno que cada cierto tiempo celebra “su cierre” con grandes ofertas. Lleva diez años cerrando.

El camarero dejó los cafés sobre la mesa y tres azucarillos. Juanma cogió uno y leyó.

“Cuando un hombre y una mujer están enamorados, comparten la equivocada creencia de que viven en el mismo mundo. Cuando se aman comprenden que viven en mundos diferentes, pero están dispuestos a cruzar de vez en cuando el abismo que les separa”

-Exacto. “Mi Amparo” y yo nos amamos, saltamos el abismo todos los días y a veces hasta nos resbalamos. Dijo Juanma haciendo un guiño en “nos resbalamos”.

-Me parece maravilloso Juanma.

-Hoy el azucarillo no da para política, ¿verdad?

-No. Hoy es un buen día para saltar abismos, amigo mío…

En realidad, todos los días son buenos. Tal vez, no existan abismos, simplemente los creamos.

-Es cierto, somos unos primates un poquito complicados. Puntualizó Juanma pensativo.

José Ayllón Rivas.