miércoles, 16 de julio de 2014

PODEMOS. Deberíamos poder.

Podemos. Deberíamos poder.

Menos mal que un grupo de políticos, aficionados o circunstanciales (como deberían ser todos), unidos por el noble deseo de salvar a un país llamado España, y de paso a Europa y al Mundo si se deja, han decidido presentarse a las últimas elecciones al Parlamento Europeo. Con un programa en el que han participado para su elaboración miles de españoles, y españolas evidentemente. Y que además ha sido aprobado en referéndum (online) también por miles de españoles.

Es interesante leer el programa (36 folios). Se encuentra en la red, basta teclear “podemos programa” en cualquier buscador, y ya está.

El programa, en opinión, tiene como objetivo principal construir la democracia y yo no puedo estar más de acuerdo, creo que el término democracia no permite muchas interpretaciones “Democracia: doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno. Predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado”. Otro asunto es como interviene el pueblo en el gobierno, como se articula, como se organiza…, porque es evidente que todas las decisiones, que tiene necesidad de tomar un gobierno, no se pueden consultar al pueblo reunido en asamblea, la vida sería una Asamblea Permanente.

La construcción de la “democracia”, que anuncian que quieren hacer, debería empezar enunciando detalladamente su organización, su funcionamiento, sus instituciones… Sin preocuparse por nuestra ignorancia, utilizando un lenguaje sencillo y cuando una palabra tenga  diferentes significados, poner a pie de página o entre paréntesis el significado que se está utilizando en el texto. No vayamos a encontrarnos con aquello de “en una segunda lectura de la Constitución entendemos…, sin segundas lecturas, solo queremos una lectura que entendamos hoy lo mismo que mañana.

Y recordar que la democracia tiene como pilar fundamental la igualdad, no la igualdad de salario, la de los derechos y obligaciones (perdón por utilizar una palabra mal sonante), no la igualdad de derechos, no la igualdad de obligaciones, la igualdad de derechos y obligaciones, no se trata de tener solamente derechos o solamente obligaciones, tan malo es lo uno como lo otro. Las obligaciones conllevan derechos y los derechos obligaciones.

Y la libertad que no os asuste. La libertad de todos… de todos, no la de los altos y guapos, la de todos, no la de las comunidades históricas (menuda historia), la de todas y cada una de las comunidades, de las provincias, de los pueblos, de las aldeas, de los barrios, de las calles y la más importante de todas la libertad individual, la de mi paisano, la de mi vecino, la mía. No tengáis miedo, la capacidad del pueblo español para comprender, para entender lo que lee es inmensa (a pesar de lo que dicen los informes… Pisa). Y digo lo que lee, porque no valen los discursos electorales, no valen las palabras que quieren regalarnos los oídos. El programa escrito, si son necesarios cien folios, pues cien.

Este debe ser el principio para “construir la democracia”, el cimiento sobre el que levantemos una sociedad mejor. Los 36 folios de medidas a tomar a todos los niveles y en todos los ámbitos, después…, después de construir la democracia, no vaya a ser que los 36 folios sirvan para que la democracia desaparezca enterrada en ellos. O la maquilléis tanto que la democracia se convierta en “unos pocos dirigen la vida de todos”, o en una República de esas que no es necesario nombrar, o tanta discriminación positiva que todos estemos discriminados en uno u otro sentido.

Vayamos despacio que, en España, tenemos mucha prisa. Y, hace ya unos cuantos años que en España, estamos muy hartos de toda la casta política. Incluso de la que no se siente casta.


Casta: Grupo que forma una clase especial y tiende a permanecer separado de los demás por su raza, religión, etc.

2 comentarios:

  1. Hola José, comparto el mensaje de tu publicación: programa, libertad, democracia, paciencia,... sí creo en estos momentos hay poca paciencia, son unos tiempos con una inercia que empuja, haya salida o no, y esto puede perder orientaciones y los puntos y comas de los programas. Sería importante no crear y creer en expectativas, sino un carpe-diem político con cabeza (o cabezas) que permanezca unido, está, como bien dices el futuro de un país, (lo siento si no me explico muy bien lo mio no es el comentario político) Un abrazo

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    1. Te explicas perfectamente. Hace falta honestidad, seriedad y sentido común; pero sobre todo procurar el bien común. Un abrazo y muchas gracias por tu amabilidad conmigo.

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