Hoy en mi azucarillo. Todos quieren entrar.

Juanma está en la terraza, como siempre.

¡Buenos días, compañero! Dice mientras se levanta y me da un apretón de mano.

¡Buenos días! ¿Qué pasa que estás tan contento?

-Esta mañana, cuando me iba a afeitar, recordé  lo que leí anoche en tu blog de Carlos Herrera. Y, nada, que me he afeitado oyendo Herrera en la Onda.

-¿Y..?

-¡Nada hombre! Que me ha gustado. Y ahora, al azucarillo, que tengo que ir a pagar una multa por aparcar en doble fila.

Cojo el azucarillo y leo:

“La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir”.

-La verdad, no sé quiénes me dan más pena, si los que quieren entrar o los que no quieren salir. Dice Juanma pensativo.

-¿Por qué?, le pregunté sorprendido por el tono de su última frase.

-La gente que solo piensa en el dinero me da pena. Creo que en el fondo son unos desgraciados.

-¿Crees qué los políticos lo son por el dinero?

-¡A la vista está compañero! Lee, lee el periódico que está en la silla. Dijo mientras se levantaba y se despedía con un gesto de la mano.

A mí no me apetece leer el periódico, ¿para qué? Siempre los mismos corruptos, Más y Podemos. Cuando lo importante es que “Podamos evitar que haya Más Corruptos”.

Hoy ha amanecido con el cielo cubierto y el sol más que verse, se adivina, se intuye. Pero está ahí, donde siempre, demostrando su fuerza. El termómetro de la avenida marca 25º. ¡No está mal!